lunes, 8 de febrero de 2010

Sabor amargo del después

Su mirada balbuceaba su desdicha,
platicaba con el mar de su imaginación tratando de escupir su inmundicia,
esperando una bestia desesperada se alimentara de aquella desgracia,
caminaba entre los cuerpos mas muertos,
pero sin saberse y sin quererse vivo,
andaba sigiloso por las sombras,
sintiéndose así mismo una de ellas,
tal vez ellas eran su madre,
y el vacilaba malparido.
Sus ojos consumieron la noche venidera, eterna para besar,
sus manos temblaban y trataban de escabullirse negándose al mandato
de su agonía también quebrada,
ninguna mirada hacía el misterio de su alma una caricia,
tal vez solo eso le hubiese mantenido sin fallar,
sus ideas mas lúgubres se posaban en la esquina,
ataviadas de atuendos encantadores vendiéndose al acto,
tan solo maltrataban sus ayeres quebrando su mañana....
un suspiro, una daga,
un amanecer que no despierta,
la llama se apaga.

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