Padre!, pisotea tu fuerza y el vigor,
bastardo abandono alguna vaga enseñanza que quede de ti en mi corazón,
Madre!, mira tu vientre, golpea tu vientre y
maldícele,
la pus que engendró viaja silenciosa por mis venas,
con alguna pena punzante.
Hoy una escusa mas,
quisiera llorar pero es solo una sonrisa sínica que dibuja mi alma sinuosa,
¿cuanto puedo arrebatar de vuestras manos, sin dar siquiera el abrazo de la gratitud?,
Padre, Madre!, arrebaten de su corazón al hijo maldito,
engendrado de rabia, y complacido de pena ,
que se llenen vuestras bocas de injurias y maldiciones,
mientras yo pago,
alguna parte,
del verdadero amor,
que pueda ofrecer el veneno de mi corazón....