jueves, 27 de enero de 2011

Recuerdo...

Si, había vuelto con tres cabezas,
dos de ellas imposibles de manipular,
la otra suspendida en su infierno, casi pasado y presente, casi una metáfora.

Se convirtió en algún desgraciado de los que pierden todo y sueñan...en este sueño
que espera.

Y ahí en la oscuridad del tiempo, el negro viento reveló su error:
el beso de la nada imposible en la flauta mágica de los pajarillos lentos,
que se regeneran en cada nota, muriendo y naciendo en todo momento,
y él cazó sus ciclos,
el tacto de las flores que crecen de la orina purpúrea de hadas,
donde cada pétalo viscoso cuenta la historia de su viaje hacia la raíz mortal de la tierra,
cuando se le fuma en pipa de viejos vagabundos del desperdicio de perros dioses,
y él fumó el tiempo, sumergido en su presente casi sumiso,
solo desperdicio, desperdiciado el,
sin la protección o altivo hacia lo que no se muestra,
pretendiendo la grandeza sobre lo incomprendido
acariciando la herida de los vagos espíritus espías del universo en forma de sapo,
hinchada en celo, como el vientre de la extinción, como lo único que engendra en forma
de humano marchito, y el viento, lo envolvió, y la tristeza guardaba jornada a su alrededor,
y partió de nuevo, con sus tres cabezas muertas, ahogadas en pensamientos del pasado,
del pasado que no volvió,
del futuro que no creará,
y del presente..que ya no es...