domingo, 1 de febrero de 2009
Carta De Mi Interior
Ahí había unas cuantas lunas y le escupían,
su saliva era la cera que no le permitía dormir y que alumbraba siempre sus noches en vela...
Puede esperar, tu debes esperar también,
juró protegerte, porque él debe ser el único que causará,
y el único que se permita ver tu dolor,
te preguntará: ¿que te duele?, solo para empezar a satisfacerse,
¿aún te quejas de la angustia de tu corazón?
apagará la luz, quizás así no veas la angustia de tu alma,
ahora...¿puedes sentirle?, es ese frío acogedor, y tenebroso,
deliciosa alma en pena, es tu inmensa soledad etérea...
huye, el ocupará todos los rincones oscuros donde ocultas tus lágrimas,
y te desnudará y viciará tu espíritu,
aún no mueres y no lo harás, al menos no en sus
manos, no se permitirá perderse tus agónicos estertores,
y tu rostro perdido en un abismo inmensurable de horror,
indescriptible, inquietante...
Es un súbito espanto, mientras acariciabas tu último púdico aliento,
todo el tacto ajeno te esta olvidando, y una voz repite una estrofa:
¿puedes sentirle?, es ese frío acogedor, y tenebroso...ya nadie escucha tu penar,
mas que él, el odio puro, la pena pura, tu pura desgracia, no estas tan solo ¿verdad?,
¿que replicas entonces?.
Las únicas palabras que retumbarán de tu maldecida existencia,
mientras tu cuerpo se retuerce en miles de enfermedades
inexplicables aún, pasan horas, días años, serán: ¿que es lo que hace falta?,
tan solo eres un vacío, no hace falta arrancarte la piel,
y te envuelves otra vez, ofreciendo una dulce sorpresa,
pero la luz sigue apagada, ya ni siquiera el espejo te cree eso.
¿Nunca te has visto llorar?, es una patética novela
de las que causan gracia,
¿nunca has probado tus lágrimas?.
agradables, ¿cómo un acto tan patético puede engendrar tan exquisito sabor?
el sabor de la desgracia,
yo amigo soy aquél creador... no temas, te haré sufrir tanto como pueda.
[mientras dormía]
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